Todo parece indicar que viene una reforma de pensiones de gran calado. Hay elementos que permiten observar voluntad entre autoridades y sector privado para proponer y concretar una reforma de pensiones que mejore sustancialmente al actual sistema pensionario. Se observa y llama la atención la conciencia y la disposición de las partes de que es necesario “tomar al toro por los cuernos” y aumentar las aportaciones obligatorias al sistema, que realizan los trabajadores, los patrones y el gobierno.
Además, se plantea que se revise el número de cotizaciones necesarias para jubilarse, el aumento en el universo de la población con protección para el retiro, y el incentivo del ahorro voluntario, entre otras medidas.
El presidente de la Consar, Abraham Vela, se ha pronunciado de manera persistente en el sentido de que una reforma profunda necesariamente debe incluir el aumento de las aportaciones obligatorias, que actualmente son de 6.5%, a un nivel de entre 10.5 y 14 por ciento.
La aspiración es pasar de una tasa de remplazo actual promedio de 30% a una de 70 por ciento.
Un primer e importante paso que dio el órgano regulador fue el acuerdo alcanzado con las afores para reducir el monto de las comisiones que cobran a los trabajadores de entre 20 y 35 puntos base y se ubique en 0.70% al final de este sexenio.
Pero lo más importante, ha insistido la autoridad, es la reforma profunda al sistema de pensiones.
En los últimos días se registró la propuesta de la Amafore, que encabeza Bernardo González.
Además de pronunciarse a favor del aumento en las aportaciones, propuso la reducción del número de semanas cotizadas para que los trabajadores puedan acceder a una pensión y aumentar la red de protección para trabajadores de menores ingresos.
Ayer, los patrones de México se pronunciaron por una reforma de pensiones que realmente beneficie a los trabajadores. Están claros y conscientes de que la nueva reforma debe garantizar un ingreso suficiente para que los adultos mayores puedan cubrir sus necesidades básicas y gocen de un retiro digno. Destaca en su propuesta la recomendación de aumentar la tasa de aportación de los trabajadores, patrones y gobierno. Considera que una reforma profunda debe evitar las promesas sin sustento económico y financiero.
En cambio, tiene que garantizar cuatro principios fundamentales: alcance, suficiencia, solvencia y justicia.
La Coparmex, encabezada por Gustavo de Hoyos, advierte que es urgente replantear el sistema de pensiones porque el actual enfrenta problemáticas cuya solución no debe postergarse. Propone que el nuevo sistema de pensiones integre a todos los trabajadores de México, en particular a los trabajadores independientes. Asegurar que se asignen recursos suficientes para cumplir con las obligaciones pensionarias y que todos los trabajadores puedan contar con una pensión que les permita vivir una vejez digna. El diagnóstico del poderoso sindicato de patrones es contundente. Sostiene que en las tres reformas de pensiones de la historia reciente se ha ignorado al trabajador y se han planeado para salvar el presupuesto.
Sólo se han hecho cambios para que le alcance al gobierno y no para que le alcance a los trabajadores.
Destaca un dato: sólo 25% de la “generación afore” —aquellos que cotizaron a partir de 1997—, logrará cumplir el total de semanas para alcanzar una pensión mínima garantizada, es decir, apenas 4% de la población mexicana.
Detalla que el actual sistema de pensiones es costoso y representa fuertes presiones para las finanzas públicas.
Para el 2020, el monto para pensiones asciende a 1 billón de pesos, un incremento de 6% con respecto al 2019.
Esa cantidad es similar a lo que el gobierno estima recaudar por concepto de IVA, y será equivalente a 4.2% del PIB y a 18% de todas las erogaciones del gobierno.
El reto de alcanzar una profunda reforma al sistema de pensiones es enorme. La buena noticia es que parece que se están alineando las estrellas para alcanzarla. ¡Ojalá!